martes, 29 de marzo de 2011

Japón, desastre natural y crisis nuclear.

En este artículo periodístico hablaré sobre la energía nuclear, en concreto, sobre el fenómeno natural que acaba de suceder en Japón, un país el cual produce mucha energía de este tipo, una energía con un gran plan de futuro ya que es la única energía con unas características similares a las del petróleo y consiste en la liberación espontánea o artificialmente en las reacciones nucleares.

El pasado día 12 de marzo, Sábado noche, en Fukushima  se vivió una verdadera tragedia, un terremoto devastó todo este territorio desatando un caos en todos los sentidos ya que llegó a una cifra de 9 en la escala de Richter, acompañado de un tsunami de olas de hasta 10 metros de altura, un escándalo traducido en el mayor desastre natural de todos los tiempos, a continuación, enumeraré las consecuencias que ha tenido este fenómeno:
- Esta catástrofe pudo haber dejado más de 10.000 muertos, aunque los balances apuntan a 3.700 aproximadamente, y desaparecidos en cantidades abundantes.
- 200.000 personas evacuadas por alerta radiactiva durante el fin de semana con un radio de 20 Km.
La radiactividad ha aumentado y los reactores están con una temperatura demasiado alta, la suficiente como para explotar en cualquier momento y producirse una gran fuga, la única manera que podría ser efectiva sería echar agua sobre éstos o poner otra vez en funcionamiento las bombas de agua, aunque esta última opción está francamente difícil.

En definitiva, habiendo hablado ya de las consecuencias y otros temas relacionados, acabaré aportando una idea como último recurso para solucionar con mejores garantías esta situación desfavorable aunque como todo, tiene sus consecuencias negativas, y es solucionando el problema igual que en Chernóbil, abordar la crisis en la planta nuclear japonesa de Fukushima, pero enterrarla en tierra y cemento tiene como ya he dicho su grave consecuencia, es una medida difícil que podría dejar a parte del país como una zona radiactiva restringida durante décadas.

Félix Navarro

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